No es un caso
aislado; muchos directivos saben (aunque no lo reconozcan) que sin
sus secretarias serían cerebros sin brazos, o sin corazón o sin
hemisferio derecho. Por lo tanto, es oportuno que una asistente tenga
plena conciencia que es mucho más que una empleada de apoyo, es una
promotora,
animadora,
coordinadora,
moderadora,
inspiradora para la
toma de decisiones
importantes y, sobre todo, es la imagen
del jefe y de la
propia empresa.
Para ser asistente
ejecutiva, se requiere responsabilidad,
conocimientos
y profesionalismo.
Para apoyar al gerente que quiere ser líder en su empresa, la
asistente debe desarrollar las habilidades de liderazgo dentro del
ámbito de sus funciones. Es por eso que en el taller sobre el papel
y desempeño de la secretaria ejecutiva se han trabajado temas como
inteligencia emocional y comunicación estratégica, es decir,
habilidades propias del liderazgo.
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